María Colodrón, en su libro “Muñecos, Metáforas y Soluciones” aporta reflexiona sobre el uso de los muñecos en un espacio terapéutico “… el trabajo con muñecos permite objetivizar y exteriorizar aspectos de la realidad de la persona. Este acto de sacar fuera, de posibilitar verlo sin necesidad de contarlo…”.

Durante el desarrollo del trabajo con muñecos, las imágenes son aproximaciones a la realidad, un trabajo de evocación y resonancia de la persona. El terapeuta no puede caer en el error de interpretaciones causales, revelaciones infalibles e indiscutibles, o generalizaciones de la realidad representada. El trabajo en sí radica en una exploración del momento creado en base a unas preguntas guía. El profesional se convierte en un facilitador de dicha exploración más que un experto en interpretación.

Para todo esto es de especial importancia que el terapeuta esté en contacto con la comunicación, tanto a nivel verbal como no verbal, de la persona que realiza el trabajo, así como con el significado que esta le está dando a lo proyectado a través de los muñecos. En definitiva se trata de:

1. Un proceso de integración mediante el cual la persona aumenta el conocimiento sobre sí misma y sus necesidades.

2. Un proceso de asunción de la propia responsabilidad sobre el cambio, haciendo que la persona se haga responsable del mantenimiento y del posible cambio, buscando nuevas alternativas a la realidad representada.

3. Por último, se produce una posibilidad de reubicación dentro del sistema, encontrando la persona un lugar de fuerza dentro del propio sistema.

El trabajo con muñecos aporta la creación de un puente entre la realidad interna del individuo y la realidad externa de este. Es un medio de expresión seguro y facilita el empleo de metáforas terapéuticas.

Podemos constatar que esta técnica constituye una herramienta muy útil para la toma de consciencia de los roles, relaciones y patrones del sistema familiar, propicia la expresión de emociones y nos ofrece diferentes puntos de vista de la situación expuesta.

A través de la posición de los personaje representados, de la dirección de sus miradas, de sus posturas elegidas, de la relación entre las figuras e incluso el posible diálogo tanto cognitivo como emocional existente en el sistema, podemos explorar tanto la situación problema como la posible situación solución o movimientos que alivien el sufrimiento dentro del sistema.

El trabajo proyectivo y terapéutico a través de los muñecos nos permite acercarnos a las situaciones abiertas que traen las personas que ingresan en la comunidad, ayudando a generar un mayor vínculo terapéutico tan importante como necesario para la labor de acompañamiento en todo el proceso de cambio personal. Aporta una nueva manera de toma de consciencia de los usuarios de la comunidad terapéutica, así como una técnica que facilita la comprensión de la historia de cada persona y las posibles alternativas hacia un crecimiento y desarrollo madurativo imprescindible para un proceso de cambio.

Bibliografía:
● Muñecos, metáforas y soluciones. María Colodrón
● Construyendo Puentes. José L. Gonzalo Marrodán
● Taller con Muñecos. María Barbero



Manuel Montilla.

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